Medicina basada en evidencia vs. evidencia basada en la práctica real: ¿opuestas o complementarias?

Medicina basada en evidencia vs. evidencia basada en la práctica real: ¿opuestas o complementarias?

En la medicina contemporánea, dos enfoques de generación de conocimiento han ganado protagonismo: la medicina basada en evidencia (MBE) y la evidencia basada en la práctica real (Real-World Evidence, RWE).

Aunque podrían parecer enfoques contrapuestos, lo cierto es que no compiten, sino que se complementan, potenciando la calidad, relevancia y personalización de la atención médica.

Lo interesante es que la transformación digital del ecosistema de salud está potenciando esta complementariedad.

Como explica Sandra Escobar Espinosa, Healthcare Lead de Conexia, la medicina basada en evidencia (MBE) sigue siendo el estándar para el desarrollo de guías clínicas, sustentadas en estudios controlados rigurosos. 

Sin embargo, la creciente disponibilidad de big data en salud -proveniente de registros clínicos electrónicos, reportes de pacientes y otras fuentes-ha impulsado el valor de la evidencia basada en la práctica real (real-world evidence, RWE).

“Aunque estas fuentes pueden presentar sesgos, también nos permiten capturar elementos fundamentales como los hábitos del paciente y cómo se comportan realmente las intervenciones en escenarios clínicos cotidianos”, destaca la experta. 

“Esta perspectiva contextualizada tiene un enorme potencial para afinar pronósticos, personalizar tratamientos y enriquecer las decisiones clínicas”, asegura.

Medicina basada en evidencia: rigor y digitalización

La MBE sigue siendo el pilar del desarrollo de guías clínicas y protocolos médicos, basándose en ensayos clínicos controlados y revisiones sistemáticas. 

La transformación digital amplificó su alcance y eficiencia, permitiendo:

  • Acceso más rápido a literatura científica y metaanálisis mediante plataformas digitales y repositorios en línea.
  • Automatización en la revisión de evidencia y detección de tendencias emergentes a través de inteligencia artificial.
  • Simulación de escenarios clínicos que facilitan la planificación de ensayos más robustos y representativos.

El rigor metodológico de la MBE sigue siendo fundamental para garantizar recomendaciones seguras y reproducibles. 

La digitalización permite que estos hallazgos se integren más rápidamente en la práctica clínica y que los datos generados en ensayos sean más fácilmente interoperables con otros sistemas de información.

Evidencia basada en la práctica real: contexto y digitalización

La RWE cobró mayor relevancia gracias a la digitalización de la información en salud, que generó un volumen sin precedentes de datos provenientes de registros clínicos electrónicos, reportes de pacientes, wearables, aplicaciones de monitoreo y otras fuentes conectadas. Esto permite:

  • Capturar la experiencia real del paciente, incluyendo hábitos de vida, adherencia al tratamiento y respuesta a intervenciones en escenarios cotidianos.
  • Analizar grandes volúmenes de datos mediante técnicas de big data e inteligencia artificial, detectando patrones y resultados que los ensayos tradicionales no muestran.
  • Personalizar tratamientos en tiempo real, adaptando las decisiones clínicas a la situación particular de cada paciente.

Aunque presenta desafíos como la necesidad de asegurar la calidad y privacidad de los datos, la digitalización potencia la relevancia clínica de la RWE, transformándola en un complemento indispensable de la MBE.

Integración de MBE y RWE: medicina del futuro

El verdadero avance surge al integrar MBE y RWE en un ecosistema digital. Esta combinación ofrece beneficios significativos:

  • Decisiones clínicas más informadas y precisas, al cruzar evidencia sólida de ensayos con información contextualizada del mundo real.
  • Mejor pronóstico y seguridad para el paciente, al identificar riesgos y oportunidades basados en escenarios clínicos reales.
  • Optimización de políticas sanitarias y gestión de recursos, utilizando datos digitales para evaluar eficacia, eficiencia y resultados poblacionales.

La transformación digital hace posible que la información fluya de manera continua entre ambos enfoques.

Los hallazgos de la MBE pueden ser evaluados y enriquecidos con datos del mundo real, mientras que la RWE puede guiar el diseño de nuevos estudios clínicos más relevantes y adaptados a la práctica diaria.

Dos aliados estratégicos para la salud digital 

Como explicamos al comienzo de este artículo, la medicina basada en evidencia y la evidencia basada en la práctica real no son rivales, sino aliados estratégicos. 

La digitalización del sector salud potencia su complementariedad, permitiendo una medicina más precisa, contextual, dinámica y centrada en la persona.

La integración de ambos enfoques representa la evolución de la medicina: segura, efectiva y profundamente alineada con las necesidades reales de los pacientes.

“El futuro de la medicina está en la integración de ambas visiones: evidencia sólida, pero también contextual y dinámica”, advierte Sandra Escobar Espinosa.

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