En los últimos años, los sistemas de salud avanzaron en la digitalización de la información clínica y administrativa.
Historias clínicas electrónicas, sistemas de turnos, plataformas de gestión hospitalaria y aplicaciones destinadas al seguimiento de pacientes son solo algunos ejemplos de cómo la tecnología se incorporó al ecosistema sanitario.
Sin embargo, este proceso no siempre se dio de manera integral y coordinada. El resultado: múltiples sistemas que capturan datos, pero no se comunican entre sí.
La interoperabilidad implica un cambio de paradigma para el sector salud, al permitir que la información fluya sin barreras, conecte actores del sistema sanitario que antes trabajaban aislados, y habilite decisiones clínicas, operativas y estratégicas basadas en evidencia.
Ya no se trata únicamente de contar con tecnología, sino de hacer que los datos disponibles trabajen juntos para generar valor.
Un sistema de salud interoperable es más eficiente, seguro y centrado en las personas. En definitiva, cuando los datos se integran, el valor se multiplica y la salud se vuelve verdaderamente sostenible.

Interoperabilidad en América Latina
En América Latina, la interoperabilidad es uno de los principales desafíos en el ámbito de la salud.
Así lo destaca el informe ‘Interoperabilidad en salud: el estado de situación en América Latina‘ de la International BAR Association, señalando que los datos sanitarios se digitalizaron en distintos compartimentos, tanto públicos como privados.
Esto generó un desafío significativo: lograr la interoperabilidad de los datos de salud entre actores diversos, destaca el informe, apuntando que superar este desafío es clave para lograr una mejor gestión sanitaria.
En este sentido, el documento identifica las siguientes razones para lograr este objetivo:
1. Consistencia de los datos
Para la la International BAR Association, la adopción de estándares de interoperabilidad es fundamental para garantizar una representación consistente de los datos y la información en salud.
“Esta consistencia permite que diferentes soluciones digitales puedan comunicarse y compartir información sin fricciones” advierten.
2. Continuidad del cuidado del paciente
La atención basada en datos es el camino más seguro y eficiente. De acuerdo a la OMS, el acceso integrado a la información de salud facilita y respalda la continuidad del cuidado de manera coordinada en todos los niveles del sistema sanitario, independientemente del software utilizado.
“Ayuda a los profesionales a brindar una atención segura, eficaz y centrada en el paciente”, sostienen los autores del informe.
3. Gestión de la salud poblacional
Las aplicaciones que capturan, administran o analizan información de salud poblacional suelen requerir interoperabilidad, ya que utilizan datos e información provenientes de una amplia variedad de sistemas clínicos, así como de organizaciones públicas y privadas de salud.
Así lo expresa el documento, manifestando que el acceso completo a la información sanitaria permite tomar decisiones estratégicas basadas en una comprensión precisa de las necesidades de la población y de las ineficiencias del sistema de salud.
4. Eficiencia operativa
La interoperabilidad puede mejorar la prestación de servicios y la atención al paciente, al mismo tiempo que incrementa la eficiencia operativa y reduce costos, contribuyendo a sistemas de salud más sostenibles y resilientes.
Desde la la International BAR Association apuntan que la sostenibilidad sólo puede lograrse si los líderes tienen una visión orientada a los datos durante el proceso de implementación de la interoperabilidad en salud.
“Los data lakes dentro de las instituciones de salud pueden —y deben— utilizarse para refinar y estructurar los datos del paciente”, recomiendan. Al respecto, explican que de esta manera se puede, entre otras cosas, generar análisis y obtener información sobre cómo se están tratando a los pacientes, el uso de turnos médicos y las especialidades más demandadas.
5. Prácticas basadas en evidencia
De acuerdo al documento, el análisis de grandes volúmenes de datos es un método útil para identificar tendencias en áreas relacionadas con los tratamientos.
“Los profesionales pueden usar estos datos para definir e implementar prácticas basadas en evidencia en el sistema de salud en general”, advierten.
6. Democratización de la información sanitaria
La interoperabilidad de los datos de salud, según se expresa en el reporte de la OMS:
- Facilita el intercambio de información entre profesionales y prestadores.
- Empodera a las personas al darles mayor visibilidad sobre su propia información sanitaria.
- Permite tomar decisiones más proactivas para la gestión de su salud.

Un desafío técnico, cultural y organizacional
La interoperabilidad ya no es una aspiración tecnológica: es una necesidad estratégica para la sostenibilidad de los sistemas de salud.
Integrar datos permite mejorar la calidad del cuidado, optimizar recursos, diseñar políticas públicas más eficaces y situar al paciente en el centro del sistema.
El desafío no es solo técnico, sino cultural y organizacional: requiere estándares comunes, gobernanza, voluntad de colaboración y una visión orientada a datos.
Pero el beneficio es claro. Cuando la información fluye de manera segura y en el momento adecuado, todos ganan: profesionales de la salud, instituciones, gestores y, sobre todo, las personas.
La salud interoperable tiene que ser más presente que futuro. Cuanto antes se avance hacia ese modelo, antes podremos transformar los datos en decisiones, y las decisiones en valor real para la sociedad.

Importancia de la interoperabilidad para la salud digital
Alfredo Semeniuk, Director Comercial para LATAM de Conexia, señala que la interoperabilidad es una capa a resolver dentro de un proceso de transformación digital.
La necesidad a resolver reside en conectar a los actores del ecosistema salud, logrando que todos y cada uno de ellos puedan hablar entre sí.
Sin embargo, si se efectúa un mapeo de las clínicas, hospitales y sanatorios que existen a 10 kilómetros a la redonda, lo más probable es que cada uno de ellos tenga su propio diseño de procesos. Su propia plataforma tecnológica.
“Tengo que lograr que el asegurador, que es mi cliente, pueda interconectarse con las distintas plataformas”, destaca Semeniuk.
En este sentido, sostiene que la capa de la interoperabilidad permite conectarse tecnológicamente. De esta manera, habilita la interacción entre dos actores en tiempo real, y en forma automatizada y sistematizada.
Según refiere el experto, se trata de un problema que todos los países buscan resolver desde hace mucho tiempo. Una de las problemáticas más básicas y esenciales que se deben solucionar en la gestión informatizada de la salud.
No obstante, Semeniuk precisa que la interoperabilidad es una pequeña capa del problema. “No es la pata más importante”, asegura.
Es la forma en que se establece la conexión entre plataformas, para que puedan dialogar, en función de la interrelación que se produce en cada proceso entre prestador y asegurador.
Es decir, que la interoperabilidad es la primera capa. Por arriba de ella, está el diseño de los procesos y cómo se hacen de una manera más eficiente.
Resolver esta capa crítica es el primer paso para construir un ecosistema donde los datos fluyan con sentido, y donde cada decisión médica esté respaldada por información precisa, accesible y en tiempo real.

Compromiso con la interoperabilidad
A la interoperabilidad entre los actores del sector de la salud, Conexia la resolvió hace muchos años y la viene implementando con éxito en cada proyecto.
¿Cómo? Integrando sistemas informáticos del cliente (como un ERP), a través de interfaces de programación de aplicaciones (APIS).
“No nos hemos encontrado con un caso donde la integración sea directa y sin ningún esfuerzo, siempre hay que hacer ajustes”, apunta Luis Navas, CEO de Conexia.
En este sentido, Alfredo Semeniuk informa que la empresa trabaja también con otras capas de mayor valor, que hacen foco en cómo lograr una mejor gestión de las organizaciones de salud.
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