Salud digital: ¿Por qué capacitar en la gestión de tecnología es clave para asegurar la transformación cultural?

Salud digital: ¿Por qué capacitar en la gestión de tecnología es clave para asegurar la transformación cultural?

La transformación digital en las organizaciones de salud no es simplemente un proceso técnico de incorporación tecnológica. 

Se trata de una evolución integral que redefine cómo se brinda atención, se organizan los recursos, se toman decisiones y, sobre todo, cómo se concibe el rol de los profesionales y pacientes dentro del sistema. 

En este contexto, la capacitación en gestión de tecnología emerge como un habilitador central. Es el puente entre la tecnología disponible y su aplicación real, eficiente y humana. Y, más profundamente aún, es la vía para transformar la cultura organizacional que debe sostener cualquier iniciativa digital.

Tecnología + cultura: una ecuación inseparable

Uno de los errores más comunes en las estrategias de transformación digital es asumir que la implementación tecnológica es, por sí sola, suficiente. 

En el sector salud, donde los procesos son críticos y las dinámicas humanas complejas, este error puede tener consecuencias significativas.

La cultura organizacional condiciona cómo se adoptan y utilizan las tecnologías. 

Por ejemplo, un hospital puede adquirir una plataforma de historia clínica electrónica de última generación, pero si no existe una cultura orientada a la gestión del dato, al trabajo colaborativo y al aprendizaje continuo, el sistema no generará valor. 

Lo mismo sucede con la telemedicina. Más allá del equipamiento, se requiere:

  • Una nueva lógica de atención.

  • Confianza en el canal digital.

  • Capacitación del equipo.

  • Un liderazgo que incentive el cambio de paradigma.

Capacitar en gestión de tecnología implica formar a los equipos no solo en el uso de herramientas, sino en los procesos, decisiones y enfoques necesarios para integrar la tecnología a la práctica cotidiana. 

Requiere entender el impacto organizacional de la innovación tecnológica y desarrollar capacidades blandas como la comunicación, la adaptabilidad y el liderazgo.

Cómo impulsar un proceso formativo para afianzar la transformación cultural y digital 

Rafael Ospina, médico digital colombiano que actualmente reside en España, y es director de Ateneo Digital, considera que cualquier cambio cultural necesita de un proceso de formación y maduración de los equipos y las personas. Y esto se hace a través de la educación y la recordación permanente. 

“Hay que tener un plan de educación y ejecutarlo para que logremos hacer el cambio cultural”, explica en el marco de una entrevista publicada en el blog de Conexia.

Su recomendación es hacer inicialmente un diagnóstico para determinar las habilidades y competencias digitales que poseen los colaboradores, y comprobar que se estén aplicando en el trabajo diario. 

A partir de allí se tendrá claridad hacia dónde la organización debe llevar la capacitación para lograr la transformación cultural. Y sobre todo, identificar cuáles son las habilidades que hacen falta en los equipos de trabajo, para enfocar la formación en construir esas competencias. 

Una sugerencia adicional de Ospina está relacionada con un estudio publicado en la revista Educación Médica, que analiza cuáles son las competencias básicas que deberían tener los profesionales de salud, considerando varios pilares:

 

    • Alfabetización digital en salud para los profesionales.

    • Gestión eficaz de la información científico-sanitaria.

    • La comunicación sanitaria o la comunicación en salud.

    • La creación de contenido digital.

    • El trabajo colaborativo digital.

    • El análisis y el manejo de los datos digitales. 

Con estas seis dimensiones, un profesional de la salud estaría en la capacidad de desarrollarse en el ámbito digital, destaca el experto.

Desafíos y riesgos a considerar 

El costo de no invertir en capacitación es alto. Muchas veces, las tecnologías son adoptadas sin la formación suficiente, generando desmotivación, frustración y rechazo. 

Esto se traduce en bajo aprovechamiento de los sistemas, pérdida de eficiencia, resistencia al cambio y, en algunos casos, riesgo para la seguridad del paciente.

Además, cuando los profesionales no comprenden el propósito ni el funcionamiento o los beneficios que aportan las soluciones digitales, se genera una brecha entre la estrategia institucional y el trabajo en terreno. 

Las decisiones se fragmentan, los datos se subutilizan, y la transformación digital se convierte en una carga en lugar de una oportunidad.

También hay que considerar que el entorno digital en salud plantea nuevos desafíos éticos y legales —como la privacidad, la protección de datos y el uso de inteligencia artificial— que exigen comprensión técnica y pensamiento crítico. 

No capacitar significa exponer a las organizaciones a vulnerabilidades operativas, regulatorias y reputacionales.

Una visión estratégica del talento en salud

La transformación digital requiere una evolución del perfil profesional. No alcanza con tener médicos, enfermeros o administrativos expertos en sus áreas: se necesitan perfiles híbridos, con capacidades técnicas, visión estratégica y comprensión del ecosistema digital.

Esto implica formar líderes en gestión de tecnologías sanitarias, profesionales capaces de alinear los objetivos clínicos con las decisiones tecnológicas, y equipos operativos con competencias para trabajar en entornos digitales seguros, eficientes y colaborativos.

En este sentido, el desarrollo de programas formativos específicos —ya sea dentro de las organizaciones o a través de alianzas con instituciones educativas— se vuelve indispensable. 

La capacitación continua, el upskilling y el reskilling deben formar parte de la estrategia de talento en salud. Así como la medicina evoluciona, también debe evolucionar el conocimiento de quienes trabajan en ella.

Transformar la cultura para transformar el sistema

No hay transformación digital sin transformación cultural. Y no hay transformación cultural sin personas capacitadas para liderarla. 

En salud, donde lo humano y lo técnico se entrelazan constantemente, esta relación es aún más profunda.

La gestión de tecnología en salud no es solo una cuestión de infraestructura: es una cuestión de visión, liderazgo y competencias. 

Las organizaciones que invierten en capacitación fortalecen su capacidad de adaptación, mejoran la experiencia del paciente y aseguran la sostenibilidad de sus innovaciones.

Porque, al final del día, la verdadera transformación digital no depende solo de la tecnología que se implemente sino también del conocimiento que se construye y la cultura que se promueve.

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