Diversos estudios coinciden en que el gasto en medicamentos en América Latina concentra una presión creciente sobre los sistemas de salud.
De hecho, los medicamentos representan un porcentaje creciente del presupuesto sanitario, con consecuencias que van mucho más allá de lo financiero, impactando en la equidad, en la continuidad de los tratamientos y en la calidad de vida de millones de personas.
Frente a este escenario, el desafío consiste en diseñar mecanismos que aseguren un uso racional, equitativo, accesible y seguro de los medicamentos, en el que la gobernanza, la corresponsabilidad de los actores y la innovación tecnológica desempeñen un rol estratégico.
Un gasto que impacta en la equidad
En numerosos países de la región, una proporción considerable del gasto en medicamentos recae directamente sobre los hogares. Esta situación profundiza las inequidades, pues con frecuencia determina si un paciente puede o no sostener su tratamiento.
El desafío trasciende lo económico: también es un problema sanitario. El uso inadecuado de antibióticos, por ejemplo, impulsa la resistencia antimicrobiana y se traduce en internaciones más prolongadas y costosas. A ello se suma la escasa adopción de medicamentos biosimilares, lo que limita el acceso a alternativas terapéuticas eficaces y de menor costo.
Existen alternativas costo-efectivas que podrían aliviar significativamente la presión financiera sobre los sistemas, pero que aún no logran consolidarse por barreras regulatorias, culturales o de información.
Gobernanza: el punto de partida
La tecnología suele ocupar el centro de la conversación, pero lo primero que se necesita es gobernanza. Definir reglas claras, roles y formas de interacción entre financiadores, prestadores, reguladores y pacientes es esencial para que la transformación digital en salud tenga impacto real.
En sistemas fragmentados, como ocurre en buena parte de América Latina, ordenar la participación de los distintos actores sigue siendo uno de los grandes retos pendientes.
Sin un marco común de trabajo, incluso las mejores herramientas tecnológicas pierden efectividad.
La responsabilidad de cada actor
Optimizar el gasto en medicamentos no es una tarea que pueda recaer en un único eslabón de la cadena sanitaria.
Se trata de un esfuerzo conjunto en el que cada actor debe asumir responsabilidades concretas para que el sistema funcione de manera coordinada y sostenible:
- Financiadores y aseguradoras: además de ser claros en qué cubren, tienen el poder de compra necesario para negociar mejores precios con la industria farmacéutica. También pueden impulsar esquemas de precios de referencia y acuerdos de riesgo compartido que den previsibilidad a los tratamientos de alto costo.
- Prestadores: tienen la obligación de aplicar guías clínicas basadas en evidencia y promover un uso racional de los medicamentos. La sobreprescripción o las indicaciones innecesarias no solo aumentan el gasto, sino que también ponen en riesgo la salud de los pacientes.
- Reguladores: su rol es estratégico. No solo deben garantizar la calidad, bioequivalencia y seguridad de los medicamentos, sino también fijar reglas claras de acceso, dar transparencia en los precios, facilitar la entrada de genéricos y biosimilares, y asegurar la trazabilidad para evitar desvíos o falsificaciones. Además, deben generar información pública y confiable que oriente la toma de decisiones y fomente la confianza en el sistema.
Tecnología como catalizador
La tecnología no es un fin en sí mismo, sino el medio que permite a cada actor cumplir mejor su función.
Ejemplos concretos en la región muestran su potencial:
- En Colombia, con MIPRES, una plataforma donde los médicos pueden prescribir medicamentos que no están en el plan y los financiadores hacen el seguimiento en tiempo real, lo que aporta control y trazabilidad.
- En Argentina, se están buscando formas de dar más previsibilidad a la cobertura de medicamentos de alto costo y se está aplicando al 100% el uso de receta electrónica.
- En Ecuador, el Registro Único de Enfermedades Raras empezó a generar información clave sobre estas patologías.
Herramientas como la receta electrónica, tableros de control en tiempo real y sistemas interoperables que conecten hospitales, farmacias y financiadores son claves para ordenar el gasto y hacerlo más eficiente.
Al final, todo se resume en lo mismo: planes claros, financiables y procesos transparentes.

Soluciones tecnológicas para una gestión integral eficiente
El módulo de Gestión Integral de Medicamentos (GIM) de la Suite Conexia facilita la prescripción, control y suministro de medicamentos, racionalizando su uso en favor de los actores del ecosistema de salud.
Este módulo ofrece una solución tecnológica que facilita la gestión medible y trazable de los medicamentos recetados, teniendo en cuenta todos los actores involucrados en el proceso.
Entre sus principales beneficios se encuentran:
- Identificación eficiente de pacientes.
- Prescripción precisa basada en la pertinencia y racionalidad.
- Automatización basada en reglas de negocio.
- Seguridad y responsabilidad con la firma electrónica de recetas.
- Flexibilidad tecnológica para la integración con farmacias.
- Trazabilidad integral para el financiador.
- Visibilidad y control del gasto médico en tiempo real.
Respecto al funcionamiento del módulo GIM, en una primera instancia, el prestador médico genera una receta electrónica. A partir de allí, Suite Conexia a través de su Módulo GIM analiza en línea la receta, para asegurar que los medicamentos sean adecuados para el paciente a nivel de pertinencia y racionalidad, minimizando los errores de prescripción.
Luego se produce la fase de validación automatizada. El Módulo GIM a través de su potente motor de reglas de negocio evalúa cada una de las recetas registradas y determina la autorización automática para la dispensa del medicamento. En caso de no poder resolverlo a través de la automatización, dota al financiador de herramientas y alertas para una posterior auditoría.
La siguiente etapa está focalizada en la dispensa. Como un actor relevante dentro del proceso, el paciente recibe de manera inmediata y automática la notificación de aprobación de su receta en su correo electrónico. Donde además se le suministra mecanismos de seguridad (pin/QR) para que pueda dirigirse a la farmacia más conveniente y solicitar la entrega de su medicamento.
Control el gasto para garantizar mejor cobertura
Optimizar la gestión del gasto en medicamentos en América Latina no es solo una cuestión económica, sino también de justicia y equidad. Gobernanza sólida, responsabilidad compartida entre actores y un uso estratégico de la tecnología son los tres pilares para avanzar hacia sistemas de salud más sostenibles.
En definitiva, controlar el gasto no significa restringir el acceso, sino garantizar que cada peso invertido en medicamentos se traduzca en mayor salud y bienestar para los pacientes.

Si le interesa conocer más sobre nuestro módulo GIM para la gestión integral de medicamentos, contáctenos.