“La incorporación de la inteligencia artificial para potenciar la automatización de procesos es uno de los principales desafíos que tiene por delante el sector salud en términos de transformación digital”, asegura Luis Navas, CEO de Conexia.
Según las nuevas orientaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la inteligencia artificial ofrece grandes expectativas para mejorar la prestación de atención sanitaria en todo el mundo.
Aunque desde el organismo advierten que estas oportunidades se dan, siempre y cuando la ética y los derechos humanos ocupen un lugar central en la concepción, despliegue y utilización de la IA.
¿Dónde se utiliza la inteligencia artificial en el sector salud?
La inteligencia artificial puede utilizarse en diferentes áreas del sistema sanitario, con diversos propósitos:
- mejorar la velocidad y la precisión del diagnóstico
- detectar enfermedades de forma temprana
- gestionar los sistemas de salud
- facilitar la atención clínica
- reforzar la investigación en el ámbito de la salud
- desarrollar medicamentos
- apoyar diversas intervenciones de salud pública
- vigilar de la morbilidad
- mejorar la respuesta a los brotes
- facilitar el acceso a los servicios de salud en comunidades rurales
- aumentar el control de los pacientes respecto de su propia atención de salud
Una de las recomendaciones que realiza la OMS en pos de lograr la eficiencia y eficacia de los sistemas de salud, hace hincapié en que la incorporación de IA en los sistemas de gestión sanitaria debe contemplar la formación del personal de cada organización en habilidades digitales.
Al igual que ocurre en otros procesos de transformación digital, la capacitación incrementa los niveles de alfabetización digital de los profesionales de la salud.
Incluso en algunos casos podría tener que considerarse la readaptación profesional. Es especial, en relación a aquellas personas que vean automatizadas sus tareas y funciones.
Inteligencia artificial: ¿salto de calidad en la gestión de sistemas de salud?
La utilización de la inteligencia artificial en la gestión de los sistemas de salud permite profundizar la optimización y automatización de procesos, aportando beneficios a los prestadores de salud, los profesionales del sector y los pacientes.
Sumando esta tecnología de acuerdo a las necesidades y posibilidades puntuales de cada caso, y con el apoyo de plataformas como Suite Conexia, las aseguradoras de salud y de riesgo laboral y las instituciones de salud pública pueden implementar una gestión estratégica integral más eficiente.
“Nosotros estamos incorporando en muchos de nuestros procesos internos herramientas de inteligencia artificial”, destaca Luis Navas, señalando que además, el equipo de I+D de la empresa se encuentra analizando la incorporación de modelos de IA en el marco de sus procesos de mejora continua.
“Lo importante es entender que muchos procesos analíticos no son algoritmos de inteligencia artificial aplicados a la salud”, precisa el CEO de Conexia.
“La incorporación de la inteligencia artificial para potenciar la automatización de procesos es uno de los principales desafíos que tiene por delante el sector salud en términos de transformación digital”.
Luis Navas, CEO de Conexia
Los modelos de inteligencia artificial aplicados a la gestión de servicios de salud aportan nuevas capacidades a los procesos administrativos y ofrecen la posibilidad de optimizar diversas tareas, como el procesamiento de facturas y autorizaciones, o la gestión de proveedores y prácticas profesionales.
También, mejoran la gestión y análisis de los datos médicos e incrementan los niveles de atención a las personas, a través de, por ejemplo, servicios en línea para reservar citas o solicitar recetas.
Inteligencia artificial: una aliada para la prevención sanitaria
“La inteligencia artificial puede aportar capacidades para identificar patrones de análisis que en la investigación clásica no se evidenciarían. Y la identificación temprana de los patrones de riesgo ayudaría a detectar a tiempo patologías o a intervenir más oportunamente a un paciente”, asegura la Dra. Sandra Escobar Espinosa, Healthcare Consultant Lead en Conexia.
La clave está en apoyarse en las herramientas de inteligencia artificial para poder identificar estrategias de prevención a nivel grupal o individual.
De acuerdo a lo que explica la especialista, una de las mecánicas podría ser la siguiente: un paciente asiste a una cita médica y a partir de toda la información cargada en su historia clínica -basada en algoritmos de inteligencia artificial-, el profesional que lo atiende podría proponer qué intervenciones necesitaría esa persona para evitar problemas de salud.
No obstante, la IA tiene aplicaciones en muchas otras áreas de la medicina. Por ejemplo, identificar patrones genéticos. O analizar en profundidad imágenes diagnósticas y determinar si un paciente va a desarrollar un tumor en el mediano o largo plazo, antes de que aparezca. Las posibilidades son múltiples.
De esta manera, la inteligencia artificial podría anticipar intervenciones. Lo cual, además de impactar positivamente en la salud de las personas, reduciría los costos que implica tratar a un paciente cuando ya ha desarrollado una enfermedad.
Principios para aumentar oportunidades y limitar riesgos en el uso de IA
El informe “Ética y Gobernanza de la Inteligencia Artificial en el ámbito de la Salud” (Ethics and Governance of Artificial Intelligence for Health), publicado por la Organización Mundial de la Salud, propone que la reglamentación y gobernanza de la inteligencia artificial en el ámbito de la salud se base en los siguientes principios:
1. Preservar la autonomía humana
Las personas deberían seguir siendo dueñas de los sistemas de atención de salud y las decisiones médicas. Se debería preservar la privacidad y la confidencialidad. Y los pacientes tendrían que dar su consentimiento informado y válido para la protección de datos.
2. Promover el bienestar y la seguridad de las personas y el interés público
Los diseñadores de tecnologías de inteligencia artificial deberían cumplir los requisitos normativos en materia de seguridad, precisión y eficacia.
3. Garantizar la transparencia, la claridad y la inteligibilidad
La transparencia exige que se publique o documente información suficiente antes de la concepción o despliegue de una herramienta de inteligencia artificial, para que sea accesible y facilite consultas y debates sobre la concepción de la tecnología y el uso que se debería hacer.
4. Promover la responsabilidad y la rendición de cuentas
Es importante que la inteligencia artificial sea utilizada en condiciones apropiadas y por personas formadas. Deben instaurarse mecanismos eficaces para que quienes se vean perjudicados por decisiones basadas en algoritmos, puedan cuestionarlas y obtener reparación.
5. Garantizar la inclusividad y la equidad
La inteligencia artificial debe alentar la utilización y acceso equitativos a la salud, con independencia de la edad, el sexo, el género, el ingreso, el origen étnico, la orientación sexual u otras características amparadas por los códigos de derechos humanos.
6. Promover una inteligencia artificial con capacidad de respuesta y sostenible
La inteligencia artificial debería reducir al mínimo sus efectos medioambientales y aumentar la eficiencia energética.
Desafíos que plantea la inteligencia artificial a los sistemas de salud
De acuerdo a los responsables del reporte de la OMS, las oportunidades vinculadas a la implementación de la inteligencia artificial conllevan desafíos y riesgos, como:
- la recopilación y utilización poco éticas de los datos sobre salud,
- los sesgos codificados en los algoritmos,
- la seguridad del paciente,
- la ciberseguridad
- la protección del medio ambiente.
Para responder a estos retos y evitar cualquier tipo de riesgo, los sistemas de inteligencia artificial deben diseñarse cuidadosamente, a fin de reflejar la diversidad de los entornos socioeconómicos y de atención de salud.