La gestión del riesgo en salud es un enfoque sistemático que permite identificar, evaluar, controlar y minimizar eventos adversos asociados a la atención médica y los sistemas de salud.
Su objetivo es mejorar la calidad de las prestaciones médicas. Pero también garantizar la seguridad de los pacientes y el personal de salud.
Se trata de un proceso integral que requiere la participación de todos los actores involucrados en el ecosistema sanitario:
- proveedores de salud,
- administradores,
- aseguradoras,
- médicos y pacientes.
Las tres palabras claves a tener en cuenta en la gestión de riesgos en salud son: prevención, anticipación y reacción.
En este artículo, avanzaremos en profundidad sobre:
- ¿En qué consiste el enfoque preventivo en la gestión del riesgo en salud?
- Cómo mantener a los afiliados actuales
- Etapas en la gestión del riesgo en salud
- Impacto de la transformación digital en la gestión de riesgos de salud
- Inteligencia artificial y gestión del riesgo en salud
- Desafíos para la gestión de riesgos de salud
1. ¿En qué consiste el enfoque preventivo en la gestión del riesgo en salud?
El enfoque preventivo en la salud remite a un conjunto de estrategias, medidas y acciones para prevenir enfermedades, lesiones o trastornos. También para promover la salud y el bienestar general de las personas.
En lugar de centrarse únicamente en el tratamiento de enfermedades existentes, busca evitar que los problemas de salud ocurran.
Por ello, se sostiene que es más efectivo y rentable prevenir enfermedades y problemas de salud, en lugar de tratarlos cuando ya ocurrieron.
Este enfoque aplica a nivel individual, comunitario y poblacional, abarcando medidas que se pueden tomar en diferentes etapas de la vida. Posee 3 niveles:
- El primer nivel de prevención apunta a evitar que ocurran las enfermedades o problemas de salud. Comprende acciones como la promoción de estilos de vida saludables, la vacunación, el acceso a agua potable y saneamiento básico. Además, la educación en salud y la implementación de políticas públicas.
- La prevención secundaria se centra en la detección temprana y el tratamiento de enfermedades o problemas de salud. Aborda sus etapas iniciales, antes de que se conviertan en condiciones graves o crónicas. Aquí podemos destacar a los exámenes médicos regulares, las pruebas de detección, los programas de tamizaje y el diagnóstico precoz.
- El tercer nivel se orienta a la gestión y rehabilitación de enfermedades o problemas de salud crónicos o discapacitantes. Busca limitar el progreso de la enfermedad, reducir complicaciones y mejorar la calidad de vida. Para ello utiliza tratamientos y cuidados adecuados, terapias de rehabilitación y apoyo profesional continuo.
El enfoque preventivo también abarca la identificación y control de factores de riesgo, como el tabaquismo, la mala alimentación, la falta de actividad física, el estrés y el consumo excesivo de alcohol.
2. Cómo mantener a los afiliados actuales
Para mantener los afiliados actuales y lograr la incorporación de nuevos asegurados, las obras sociales tendrán que medir la calidad y alcance de sus prestaciones médicas, y sus niveles de eficiencia en la gestión, con las entidades de medicina prepaga. De lo contrario, pueden enfrentarse a procesos de desafiliación.
En tiempos donde los asegurados evalúan con mucho detalle los niveles de experiencia, no es un dato menor. Más aún, teniendo en cuenta el nivel de digitalización y automatización con el que hoy cuenta el sistema privado, para brindar la mejor atención posible a sus asegurados.
Respondiendo a este desafío, la plataforma Suite Conexia permite a las Obras Sociales reducir el gasto operacional, mejorar el servicio al usuario y optimizar los recursos financieros.
Su módulo de afiliaciones organiza la población cubierta en línea. De igual modo, permite planificar el modelo de salud, definir la red de prestadores necesaria y determinar las políticas de afiliación futuras, cuando se analiza la información mediante el tablero de control que ofrece Conexia.
3. Etapas en la gestión del riesgo en salud
La gestión del riesgo en salud implica varias etapas:
1. Identificación
Se realizan evaluaciones exhaustivas de los riesgos potenciales en todos los aspectos de la atención médica. Incluyendo el diagnóstico, el tratamiento y la administración de medicamentos. Asimismo, los procedimientos quirúrgicos, la gestión de datos y la seguridad de las instalaciones, entre otros aspectos.
2. Evaluación
Se analizan los riesgos identificados para determinar su gravedad y la probabilidad de que ocurran. Esto implica considerar las consecuencias negativas potenciales de estos eventos adversos, y la frecuencia eventual con la que podrían ocurrir.
3. Control
Se implementan medidas preventivas y correctivas para reducir o eliminar los riesgos identificados. Esto puede incluir el desarrollo de políticas y protocolos, la capacitación del personal, la mejora de los sistemas de información y la implementación de tecnologías de seguridad, entre otras.
4. Monitoreo y seguimiento
Se establecen sistemas de monitoreo para supervisar los riesgos en forma permanente. El objetivo es evaluar la efectividad de las medidas de control implementadas. Lo cual permite detectar problemas y realizar ajustes para mejorar la seguridad y la calidad de la atención.
5. Aprendizaje y mejora continua
Se promueve una cultura de aprendizaje y mejora en la organización de salud. De igual modo se analizan los eventos adversos y se extraen lecciones para evitar que se repitan en el futuro. También se fomenta la retroalimentación y la comunicación abierta para compartir conocimientos y buenas prácticas.
4. Impacto de la transformación digital en la gestión de riesgos de salud
La transformación digital desempeña un papel importante en la gestión de riesgos en salud. Principalmente, al proporcionar herramientas y tecnologías que facilitan la identificación, evaluación y control de los riesgos.
A continuación, detallamos algunos casos significativos.
I. Recopilación y análisis de datos
Los procesos de digitalización de las organizaciones de salud permiten recopilar grandes volúmenes de datos de salud. Por ejemplo, registros electrónicos de pacientes, resultados de pruebas médicas y datos de dispositivos médicos.
Estos datos pueden procesarse utilizando técnicas de análisis avanzadas, como la inteligencia artificial y el aprendizaje automático, para identificar patrones, tendencias y riesgos potenciales.
II. Vigilancia epidemiológica
Las herramientas digitales pueden facilitar la vigilancia y el monitoreo de enfermedades y brotes epidemiológicos.
A través de los sistemas de notificación electrónica y las aplicaciones móviles, se puede colaborar en la recopilación de datos sobre diversas patologías y síntomas en tiempo real. Lo cual permite la detección temprana y una respuesta rápida a posibles amenazas para la salud pública.
III. Telemedicina y salud digital
Como pudimos comprobar en tiempos de pandemia, la telemedicina y la salud digital permiten la prestación de servicios de atención médica a distancia. Así, se reduce la exposición a riesgos infecciosos en entornos clínicos.
Tanto la teleconsulta, como la monitorización remota de pacientes y las apps de salud móvil pueden ayudar a evaluar y gestionar los riesgos de salud de los pacientes de manera eficiente y conveniente.
IV. Sistemas de alerta temprana
Los sistemas digitales pueden ser utilizados para establecer alertas tempranas que detecten y notifiquen de forma automática la presencia de eventos adversos inminentes. De este modo, brindan apoyo a los profesionales de la salud para tomar medidas rápidas y prevenir o mitigar riesgos.
V. Educación y concienciación
La transformación digital proporciona herramientas para educar y concienciar a los profesionales de la salud y a los pacientes sobre riesgos de la salud y medidas preventivas. Apps, plataformas y otros recursos digitales pueden ofrecer información actualizada, consejos de salud y pautas de seguridad, para promover una mejor comprensión y gestión de los riesgos.
5. Inteligencia artificial y gestión del riesgo en salud
Como explica la Dra. Sandra Escobar Espinosa, Healthcare Consultant Lead de Conexia, la IA puede contribuir a identificar patrones que en la investigación clásica no se evidenciarían.
Esa detección temprana de los patrones de riesgo podría ayudar a detectar o intervenir más oportunamente a un paciente.
Aplicando esta tecnología, cuando una persona se presente a una cita médica, el profesional podría ver su historia clínica basada en algoritmos de inteligencia artificial. Esto le daría la posibilidad de proponer intervenciones puntuales y efectivas, destinadas a evitar problemas de salud.
La IA también ofrecería la oportunidad de identificar patrones de ADN.
Incluso hay estudios donde algoritmos de inteligencia artificial pueden detectar con una tomografía, si una persona va a desarrollar una lesión o tumor, en el mediano o largo plazo. Y lo pueden hacer antes de que aparezca, basándose en los patrones de las imágenes diagnósticas.
De esta manera, se estarían anticipando intervenciones y reduciendo los costos de tratamiento.
6. Desafíos para la gestión de riesgos de salud
La gestión de riesgos en salud enfrenta diversos retos que pueden dificultar su implementación efectiva.
Entre ellos se destacan los siguientes.
1. Complejidad y variedad de riesgos
El sector de la salud enfrenta una amplia gama de riesgos: clínicos y médicos, operativos, de seguridad y tecnológicos.
La complejidad y diversidad de las potenciales circunstancias adversas que pueden ocurrir, dificultan una identificación y evaluación adecuadas. También complica la implementación de medidas de control efectivas.
2. Falta de recursos y presupuesto
La gestión de riesgos en salud requiere recursos financieros, tecnológicos y humanos adecuados. Sin embargo, muchas organizaciones de salud enfrentan limitaciones de presupuesto y tienen dificultades para disponer de determinados recursos. Lo que dificulta la implementación de programas y sistemas de gestión de riesgos sólidos.
3. Cultura organizacional y resistencia al cambio
La resistencia al cambio es una reacción habitual de los seres humanos, y un desafío a resolver para poder desarrollar procesos de transformación digital.
En paralelo, una cultura organizacional que no prioriza adecuadamente la gestión de riesgos en salud, puede dificultar la implementación de políticas y prácticas de gestión y la adopción de medidas preventivas.
4. Coordinación y colaboración intersectorial
La gestión de riesgos en salud requiere colaboración y coordinación entre diferentes sectores y partes interesadas. Incluyendo proveedores de atención médica, administradores, organismos reguladores, agencias públicas y pacientes. Lograr esta colaboración puede ser un desafío, debido a la complejidad de las estructuras y sistemas de salud.
5. Tecnología y seguridad de la información
A medida que la tecnología desempeña un papel cada vez más importante en la atención médica, surge el reto de garantizar la seguridad de la información y proteger los datos de los pacientes.
Conclusiones
En conclusión, la gestión del riesgo en salud emerge como un enfoque sistemático y vital para identificar, evaluar, controlar y minimizar eventos adversos asociados a la atención médica y los sistemas de salud. Su alcance abarca la mejora de la calidad de las prestaciones médicas y la garantía de la seguridad tanto de los pacientes como del personal de salud.
Este proceso integral demanda la participación activa de todos los actores en el ecosistema sanitario, incluyendo proveedores de salud, administradores, aseguradoras, médicos y pacientes. Las palabras clave que delinean la gestión de riesgos en salud son prevención, anticipación y reacción, esenciales para mitigar los impactos negativos en la salud.
Afrontar estos desafíos y capitalizar las oportunidades de la transformación digital permitirá avanzar hacia sistemas de salud más seguros, eficientes y centrados en la prevención. La gestión del riesgo en salud, respaldada por la tecnología y un compromiso colectivo, se posiciona como un pilar esencial para la mejora continua del sector sanitario.